Están causando furor y el mundo entero ha volcado su interés en saber en qué consisten. Es por eso, que en este artículo te explicaremos todo lo necesario para que puedas entender a los Token No Fungibles (TNF o NFT en sus siglas en inglés).
Primero que nada, los NFT consisten en unos tokens digitales (también llamados criptográficos) no tangibles que no pueden ser imitados, aunque sí vendidos como cualquier otro bien. Esta es su principal características y la que le da el nombre de no fungible.
Para entender mejor de qué hablamos, te explicamos lo siguiente. En el mundo -y más concretamente en la economía-, existen activos –llamados fungibles- que tienen un valor y pueden intercambiarse por otras cosas que tengan su misma valía, una de esas cosas es el dinero.
Sin embargo, también existen activos que son únicos en el mundo por su misma condición de inimitables, y allí es donde entran esos bienes que siempre hemos conocido como “invaluables”, es decir, el arte, manuscritos, piezas arqueológicas o arquitectónicas, etc.
Esta condición de “inimitables” es adquirida por distintas causas que van desde el artista o autor que creó la pieza o el bien, la técnica usada, el ser exclusivas, entre otras. Por ejemplo: la escultura de “David” erigida por Miguel Ángel podría ser recreada, pero solo existirá una única pieza original hecha por el propio artista hace siglos. Esto la hace un activo no fungible.
Darle valor a lo digital
Ahora, existen muchas piezas de arte, por ejemplo, que no son tangibles, pero sí inimitables y existen en el mundo digital. Estas pueden ir desde dibujos, diseños, planos, vídeos, escritos, etc., y aunque podrían ser copiados o duplicados –como sucede en internet- ha surgido una forma de protegerlos y darles su valor comercial.
Es claro que el mundo financiero ha cambiado gracias a la tecnología, y se han desarrollado nuevos sistemas digitales para realizar transacciones… Y aquí nos referimos al blockchain y las criptomonedas. ¿Y qué tienen que ver con los NFT? Por el sistema de registro.
A pesar de no existir dentro de un marco jurídico, el sistema de las criptomonedas es transparente al tener un registro –no susceptible a adulteraciones- de quién las posee y que es compartido entre miles de computadoras en todo el mundo, es decir, el blockchain.
Esta misma tecnología ahora es de gran ayuda para quienes quieren asegurar sus bienes digitales, y así toman fuerza los NFT. ¿Y cómo? Pues los tokens digitales son códigos o claves que permiten a una persona ser identificada como la propietaria o titular de algún servicio financiero o bien en digital.
Así, al convertir un bien virtual inimitable en token, se le está creando una especie de certificado de autenticidad y propiedad digital.
¿Y qué significa esto? Que al ser adquirido por otra persona, ésta no recibirá esa “pieza” de forma tangible, sino esa especie de certificación –la cual puede ser física como virtual-.
Sin embargo, hay que dejar claro un punto muy importante: como cualquier archivo digital, esas obras o bienes virtuales pueden ser copiados, recreados –y por ende hacerse virales y estar a la vista de todo el mundo-, pero quien compre tal NTF será el dueño de la pieza original… Y en cuanto a cómo son los derechos de propiedad, ya hay diversidad de “contratos” que los gradúan.
Un boom
Pero la realidad de por qué se ha hecho tan popular esta modalidad hoy en día, radica en las compra-ventas millonarias de TNF que han tenido lugar en los últimos meses.
Uno de los casos más comentados fue el del CEO de Twitter, Jack Dorsey, quien vendió como un token el primer tweet alguna vez hecho en la plataforma por US$ 2.9 millones.
El tweet fue realizado el 21 de marzo de 2006 y decía: “solo configurando mi twttr” («just setting up my twttr» en inglés original), Otro caso relevante fue el de Nyan Cat, el meme de un gato con cuerpo de galleta, el cual vendió un GIF por más de US$ 500.000 el pasado 19 de febrero.
Si quieres conocer más sobre precios y cuáles TNF puedes adquirir en el mercado, hay páginas web especializadas para ello, como: Makersplace o Coinraking.